La terapia física integral se adapta a las necesidades específicas de cada paciente, ya sea para rehabilitación tras una lesión, tratamiento de enfermedades crónicas o simplemente para mejorar el bienestar general.
La terapia manual alivia el dolor, mejora la movilidad, corrige desequilibrios musculares y restaura el movimiento natural.
Actúan sobre tejidos y sistemas para aliviar el dolor, reducir inflamación, mejorar circulación y restaurar la función física.
Mejoran la fuerza, flexibilidad, coordinación, movilidad y el equilibrio del cuerpo mediante ejercicios personalizados.
Busca mejorar la calidad de vida del paciente, recuperar funciones motoras y cognitivas, y maximizar su independencia.